miércoles, 25 de mayo de 2016


Culpa al bachaquero, hazle caso al gobierno.

En Venezuela estamos en una situación de locura colectiva. Sufrimos del gobierno más mediocre pero a la vez muy agresivo y dueño de las instituciones. La inflación se desborda y el ministro de economía para tranquilizar al país, le dice que no llegará a 900% este año (si llegamos a 899% dirá que acertó). El ritmo actual de la actividad económica se parece a la del paro. El fin de este cuento no parece cercano. Y ante este lamentable escenario, hay sectores que plantean soluciones a los problemas que parecen salidas de un psiquiátrico.

Sectores de la clase media, ante el fuerte avance de los bachaqueros por sus zonas, han decidido solicitarle a las autoridades que pidan “cartas de residencia” para poder comprar comida y medicinas en sus municipios. Y aunque usted no lo crea, hay políticos de oposición apoyando semejante aberración.

¿No aprendimos lo suficiente los venezolanos con esta tragedia?

¿Por qué estas personas piden a gritos racismo en sus zonas?

Estas personas se organizaron para exigir “el derecho que tienen” a comprar con exclusividad en sus zonas, solicitan que se les restringa el derecho a circular a otras personas (a las cuales muchas por cierto llamaron “chusma” y delincuentes”), que los subsidios continúen, pero lamentablemente no se les ocurre pensar que: 1- están teniendo el comportamiento ante el problema que el gobierno desea que tengan; 2- los famosos bachaqueros no son la causa del problema sino la consecuencia; 3- deberían preguntarse si ¿no estaríamos mejor como país sin los controles?

La actitud cómplice y floja de algunos fue en parte las razones por las cuales en el año 1998, una parte de la población escogió a Hugo Chávez como presidente del país. A la insatisfacción por la situación del país se unió un deseo de venganza hacia los partidos políticos tradicionales que los llevó a la nefasta escogencia del peor presidente de nuestra historia. 17 años después, muchos no han aprendido la lección.

Fomentar el odio, la división social y juntarlo con un desafortunado análisis sobre la crisis económico es una mezcla que como sociedad hemos debido aprender desde hace tiempo las cosas negativos que nos ha traído. Si como país no entendemos la importancia de la libertad económica, de lo necesario que es el respeto a la propiedad privada, a respetar los derechos fundamentales de los otros y a comprender lo dañino que es que un burócrata sea quien decida el funcionamiento del sistema de precios, estamos condenados a ser un país situado en un nivel mucho más abajo que el tercermundismo.

@luisoliveros13

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