jueves, 4 de agosto de 2016

El populismo como enfermedad venezolana


No hay un concepto único de populismo. El que más le gusta  a quien escribe estas líneas es el que habla de una serie de medidas económicas que emprende (o promete) un político (o grupo) para tratar de captar preferencias electorales, aunque estas medidas no tengan sostenibilidad económica en el mediano y/o largo plazo. Ese político tomará esas medidas en “nombre” de la redistribución del ingreso, de la justicia social, aunque al final del cuento populista la situación de los beneficiarios del “paquete populista” será peor que antes del inicio de las reformas progresistas.

También hay el populismo “político”, aquel individuo que le vende a sus posibles electores mentiras como “que este gobierno caerá muy pronto, que solo faltan minutos para tal acontecimiento y que la transición está muy cerca”.

¿Ejemplos de populismo? El tristemente famoso Dakazo fue una medida populista, el presidente Maduro generó ese fenómeno para captar votos a favor de su partido de cara a unas elecciones regionales, aunque luego las consecuencias de esas acciones fueron bastante negativas y conocidas por todos. También son ejemplos de populismo las constantes expropiaciones del Presidente Chávez, prometiéndole a la sociedad venezolana precios más bajos, servicios más “incluyentes”, etc. pero a la larga generaron un daño muy grave en nuestra economía (consecuencias que todavía sufrimos). Otros ejemplos de populismo pueden ser ofrecer salarios dolarizados o escuadrones que vigilen los supermercados y saquen a los bachaqueros (eso además es fascista, racista y denota un grave desconocimiento del problema económico actual).

Debemos tener claro que ni Chávez ni Maduro fueron los primeros presidentes populistas de Venezuela. Ha sido costumbre que nuestro país sea víctima de estos personajes, debido a que la sociedad criolla, sobretodo su clase media, ha desarrollado una fascinación enfermiza por ellos. Viajes baratos al extranjero, combustible regalado, tarifas eléctricas, de internet o de agua  a precios absurdos y controles de precios para meter en cintura a empresarios especuladores, son algunos de los anzuelos que gustan picar y por los cuales votan una y otra vez.  

¿Podemos criticar a un político que use el populismo para ganar adeptos?, en mi opinión no, porque el político trata de buscar votos, conoce su campo de acción y utiliza las herramientas que tiene a la mano para que los votantes se inclinen por él a la hora de la elección. Simplemente promete hacer “lo que quiere oír” ese electorado. Ahora bien, sería interesante ver políticos que busquen diferenciarse del resto, que les hablen claro a las multitudes, que les hagan entender que para lograr mejores resultados muchas veces hay que hacer sacrificios y que solo con trabajo y dedicación se logran cosas buenas.

El problema (y la solución) está en quién vota, en sus aspiraciones, en su visión de futuro, no solo para él sino para su familia y el país. Una sociedad que piense solo en el corto plazo buscará populistas, una sociedad que no quiera entender que las cosas tienen su valor y que irrespete el funcionamiento del sistema de precios como asignador de recursos votará por populistas, una sociedad que crea que su país no puede generar oportunidades, un mejor futuro ni que quiera a su país aclamará a populistas, una sociedad que no perciba la importancia del sector privado en una economía y que busque que el sector público se entrometa en todos los asuntos del país se merece a un populista. La clave para la Venezuela presente y futura es que como sociedad entendamos que los problemas actuales se originaron por escoger un (militar) populista creyendo que con eso se estaba castigando a los políticos de la época, que ese señor iba a poner “orden y disciplina” en el país y que con él llegaría la tan anhelada justicia económica-social. Si queremos mejorar nuestro presente y pretender un mejor futuro debemos exigirle calidad y cuentas a los gobernantes y construir instituciones que hagan su trabajo y velen porque los políticos hagan el de ellos. Ofertas populistas abundarán, tanto de derecha como de izquierda, el objetivo es desechar aquellos quienes las proponen y escoger a los mejores, no por su verbo y promesas sino por sus proyectos para la Venezuela del mañana.   

@luisoliveros13