No hay un concepto único
de populismo. El que más le gusta a
quien escribe estas líneas es el que habla de una serie de medidas económicas que
emprende (o promete) un político (o grupo) para tratar de captar preferencias
electorales, aunque estas medidas no tengan sostenibilidad económica en el
mediano y/o largo plazo. Ese político tomará esas medidas en “nombre” de la
redistribución del ingreso, de la justicia social, aunque al final del cuento
populista la situación de los beneficiarios del “paquete populista” será peor
que antes del inicio de las reformas progresistas.
También hay el populismo “político”,
aquel individuo que le vende a sus posibles electores mentiras como “que este
gobierno caerá muy pronto, que solo faltan minutos para tal acontecimiento y
que la transición está muy cerca”.
¿Ejemplos de populismo?
El tristemente famoso Dakazo fue una medida populista, el presidente Maduro
generó ese fenómeno para captar votos a favor de su partido de cara a unas
elecciones regionales, aunque luego las consecuencias de esas acciones fueron
bastante negativas y conocidas por todos. También son ejemplos de populismo las
constantes expropiaciones del Presidente Chávez, prometiéndole a la sociedad
venezolana precios más bajos, servicios más “incluyentes”, etc. pero a la larga
generaron un daño muy grave en nuestra economía (consecuencias que todavía
sufrimos). Otros ejemplos de populismo pueden ser ofrecer salarios dolarizados
o escuadrones que vigilen los supermercados y saquen a los bachaqueros (eso
además es fascista, racista y denota un grave desconocimiento del problema
económico actual).
Debemos tener claro que
ni Chávez ni Maduro fueron los primeros presidentes populistas de Venezuela. Ha
sido costumbre que nuestro país sea víctima de estos personajes, debido a que
la sociedad criolla, sobretodo su clase media, ha desarrollado una fascinación
enfermiza por ellos. Viajes baratos al extranjero, combustible regalado,
tarifas eléctricas, de internet o de agua
a precios absurdos y controles de precios para meter en cintura a empresarios
especuladores, son algunos de los anzuelos que gustan picar y por los cuales
votan una y otra vez.
¿Podemos criticar a un
político que use el populismo para ganar adeptos?, en mi opinión no, porque el
político trata de buscar votos, conoce su campo de acción y utiliza las
herramientas que tiene a la mano para que los votantes se inclinen por él a la
hora de la elección. Simplemente promete hacer “lo que quiere oír” ese
electorado. Ahora bien, sería interesante ver políticos que busquen
diferenciarse del resto, que les hablen claro a las multitudes, que les hagan
entender que para lograr mejores resultados muchas veces hay que hacer
sacrificios y que solo con trabajo y dedicación se logran cosas buenas.
El problema (y la
solución) está en quién vota, en sus aspiraciones, en su visión de futuro, no
solo para él sino para su familia y el país. Una sociedad que piense solo en el
corto plazo buscará populistas, una sociedad que no quiera entender que las cosas
tienen su valor y que irrespete el funcionamiento del sistema de precios como
asignador de recursos votará por populistas, una sociedad que crea que su país
no puede generar oportunidades, un mejor futuro ni que quiera a su país
aclamará a populistas, una sociedad que no perciba la importancia del sector
privado en una economía y que busque que el sector público se entrometa en
todos los asuntos del país se merece a un populista. La clave para la Venezuela
presente y futura es que como sociedad entendamos que los problemas actuales se
originaron por escoger un (militar) populista creyendo que con eso se estaba
castigando a los políticos de la época, que ese señor iba a poner “orden y
disciplina” en el país y que con él llegaría la tan anhelada justicia económica-social.
Si queremos mejorar nuestro presente y pretender un mejor futuro debemos
exigirle calidad y cuentas a los gobernantes y construir instituciones que
hagan su trabajo y velen porque los políticos hagan el de ellos. Ofertas
populistas abundarán, tanto de derecha como de izquierda, el objetivo es
desechar aquellos quienes las proponen y escoger a los mejores, no por su verbo
y promesas sino por sus proyectos para la Venezuela del mañana.
@luisoliveros13