Plan de Ajustes FOR SALE
Empezó la temporada de anunciar programas de estabilización
económica para Venezuela. Recientemente circuló por las redes sociales un
informe de intenciones de un grupo de personas que trabaja para “recomendarle”
desde ya un programa de ajustes a un supuesto nuevo gobierno. En este
manifiesto-programa hay muchas preguntas, quejas y al final la promesa de que
pronto vendrán las soluciones.
Leyendo la proclama, es imposible no preocuparse. La
angustia de incurrir en los mismos errores del pasado aparecen. La idea de un
nuevo gobierno meta la pata y lance por la ventana todo el esfuerzo para lograr
un cambio de gobierno aterra. Sin duda surgen dudas cuando se revisa la
proclama: ¿Y dónde está el tema social?, ¿Dónde queda el “minúsculo” detalle
que un nuevo gobierno no solo enfrentará la crisis económica más complicada de
nuestra historia, sino que tendrá que lidiar con el chavismo en la oposición?,
¿Dónde colocan la importancia de la reconstrucción institucional que tanto
necesita Venezuela? Un hipotético nuevo gobierno tendrá un panorama parecido al
año 1988, pero con un nivel de deterioro país de cuatro, cinco o diez veces
más. Si no se hacen las cosas, sabemos
muy bien que pasó entre 1989 y 1994.
Un plan de estabilización para Venezuela es algo
relativamente fácil de pensar. Los problemas, distorsiones y potencialidades de
esta economía se conocen perfectamente (excepto por el gobierno actual) y han
sido analizados por decenas de economistas (excepto los chavistas). Pero a esas
recetas de libro de texto hay que agregar cosas como emergencia alimentaria y
de medicinas (hambre, escasez), conflictividad social e inestabilidad política
que deben ser atacadas como mucha inteligencia, rapidez y eficiencia. Son momentos en que la racionalidad económica
junto con la verdadera política trabajen de la mano y encuentren las soluciones
a un país que necesita del concurso de todos para mejorar. Toda la ayuda que
venga es bienvenida. Solo que el precedente chavista nos invita a tener
cuidado, a desconfiar y a entender que la salida de la crisis la tenemos que
encontrar los venezolanos.
Las promesas de la proclama incluyen universidades completas
en Estados Unidos que ofrecen ayuda gratis, con tal de que Venezuela “salga de
la crisis”. Esas cosas recuerdan al ofrecimiento del gobierno cubano en 1999 de
ayuda gratis hacia Venezuela.
Estamos grandes para la gracia de creernos la llegada de
salvadores de la patria. Mucha agua ha corrido por los puentes venezolanos como
para volver a caer en cuentos. La sociedad venezolana que quiere un real cambio
de país tiene que cuidarse muchísimo de no cometer los mismos errores de 1989.
La soberbia, la ingenuidad y la sed de venganza son cosas que deben quedar por
fuera a la hora de empezar a construir un nuevo país. La prioridad debe ser la
gente, mejorarle su calidad de vida Lo que menos queremos los que hemos
sacrificado mucho por quedarnos en Venezuela estos 17 años, es que quienes quieren
venir hoy a “arreglar esto” lo hagan tan mal, que le devuelvan el poder a
quienes generaron la tragedia actual.
Luis Oliveros
@luisoliveros13